Balance positivo de carbono

Durante años se utilizaron enfoques tradicionales en la medición del dióxido de carbono basado en el recuento y la estimación de la cantidad de dióxido de carbono que se emite en todos los sectores de una economía, como el transporte y la agricultura. Estos permitían evaluar los avances en los esfuerzos de reducción de emisiones. Pero su elaboración deja de lado una parte más que importante de la historia: la incorporación del dióxido de carbono al suelo. Un enfoque descendente en el cual se considera a las diferentes actividades como parte de un ciclo permite diferenciar a las distintas producciones económicas generar inventarios. Es aquí que la ganadería argentina tiene todo por ganar.

Un estudio publicado en Earth System Science Data utilizó mediciones realizadas por la misión Orbiting Carbon Observatory-2 (OCO-2) de la NASA ofrece una nueva perspectiva al hacer un seguimiento tanto de las emisiones de combustibles fósiles como de los cambios totales en las «reservas» de carbono de los ecosistemas, incluidos árboles, arbustos y suelos. Los datos son especialmente útiles para seguir las fluctuaciones de dióxido de carbono relacionadas con el cambio de la cubierta terrestre. Aunque la misión OCO-2 no se diseñó específicamente para calcular las emisiones de los distintos países, los resultados de los más de 100 países llegan en un momento oportuno.

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