Carbón: un desafío para la India

A escala mundial, la dependencia del carbón es la mayor barrera para alcanzar los objetivos climáticos internacionales. Cada camino factible para limitar el calentamiento global a 1.5º-2º Celsius sobre los promedios preindustriales depende de la eliminación completa del combustible fósil más sucio. Pero patear el carbón ha demostrado ser un desafío extremo, especialmente en los países en desarrollo donde la demanda de energía está aumentando, el carbón es abundante y los fondos son limitados. La conversación sobre la transición verde en los países en desarrollo es complicada y presenta importantes compensaciones. Alejarse de los combustibles fósiles, y particularmente del carbón, es esencial para el bienestar ambiental, pero la energía es esencial para el crecimiento de las oportunidades y la dignidad humana. Sin energía asequible, accesible y confiable, es imposible para los países en desarrollo hacer precisamente eso: desarrollarse. Lograr una «transición justa» en tales contextos requerirá una enorme cantidad de financiamiento climático y redes de seguridad social para garantizar que los ciudadanos no se vean perjudicados más de lo que reciben ayuda por iniciativas de energía limpia.
Uno de los mayores desafíos en este sentido es India, que ya es uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero del mundo, mientras lucha por mantenerse al día con la demanda de energía. El carbón es actualmente responsable de aproximadamente un tercio de la combinación energética de la India. India es el tercer mayor productor de carbón del mundo, y tiene las terceras mayores reservas de carbón después de Estados Unidos y China. Incluso con estas grandes cantidades de carbón nacional, India es también el octavo mayor importador de carbón del mundo. En general, el subcontinente tiene una producción anual de carbón de 310 millones de toneladas e importaciones de casi 25 millones de toneladas.
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