Existe una enorme expectativa sobre el RIGI y el desarrollo del GNL (Gas Natural Licuado) que llevaría a la Argentina a ser un país líder mundial, que transformaría a Vaca Muerta en una segunda “pampa”, que permita sacar al país del estancamiento exportador y superar la crónica restricción externa de divisas.
Mientras tanto, el desarrollo del petróleo no convencional es un hecho, con un sector privado de gran dinamismo que rompe récords de producción mes tras mes y que desarrolla infraestructura aún con cepo y sin RIGI.
Con respecto al gas la cuestión es más compleja. En este caso el RIGI es una condición necesaria pero no suficiente y la controversia política en torno al emplazamiento de la terminal y el puerto, enturbia una discusión que debería ser técnica y económica, con posiciones que van del optimismo extremo al pesimismo recalcitrante.
Los comentarios a continuación intentan aportar una mirada a un proyecto muy ambicioso, que se desarrollaría en un horizonte de 30 años, de los cuales los primeros 5 serán decisivos para el desarrollo de infraestructura.
Diez puntos para el proyecto RIGI GNL.
1. El mercado de GNL es de alta competencia y está abastecido. China y Japón encuentran en Australia un proveedor natural de GNL; mientras que Europa se abastece en gran medida de un proveedor global como Qatar (gas convencional) y de la escala de producción no convencional de los Estados Unidos. En este contexto la inserción de Argentina en el mercado global de GNL será gradual.
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