De pueblo fantasma a epicentro del petróleo no convencional

El fracking está disfrutando de una segunda vida a miles de kilómetros de EEUU, donde ha disfrutado de una auténtica revolución durante la última década. Es cierto que la industria del fracking (fracturación hidráulica) y el shale oil (petróleo de lutita, a veces conocido como de esquisto) podrían haber tocado techo en EEUU, dando inicio a un leve declive a partir de 2025. Sin embargo, los planes de Argentina para extraer hasta la última gota de su formación de shale oil más importante está tomando fuerza y por el camino está cambiando un pequeño pueblo que estuvo a punto de desaparecer. Aunque los resultados ya son visibles, se espera que el gran boom del petróleo en Argentina se produzca en los próximos años, disparando la actividad de una pequeña población minera que sin el petróleo parecía condenada a desaparecer casi por completo.

Sierra Grande, en el sur de Argentina, albergó la mayor mina de hierro de Latinoamérica, pero su cierre en 1991 convirtió al lugar casi en un pueblo fantasma. Al igual que ha sucedido en cientos o miles de pueblos de todo el mundo, el fin de la actividad que sostenía allí la población, comenzó a dejar vacías unas calles que años atrás rezumaban vida por todas sus esquinas. En España, buena parte del interior de las dos castillas pueden ser un buen ejemplo de esto. En el caso de Sierra Grande, sus 12.000 habitantes están teniendo una segunda oportunidad y ven hoy renacer las esperanzas gracias a dos multimillonarios proyectos que podrían convertirlo en una nueva meca petrolera, según publica la agencia EFE.

Esta localidad está rodeada por un paisaje árido y mesetario, característico de la Patagonia. Debido a su proximidad al mar, también cuenta con atractivos naturales como las playas de Playas Doradas, un importante centro turístico, que se convirtió en una especie de salvavidas para la economía de la zona. El turismo ha impedido que esta localidad desaparezca en términos de actividad económica, pero es el petróleo la industria que promete devolver a la ‘grandeza’ a Sierra Grande.

A 600 kilómetros al noroeste de allí, los equipos de perforación extraen de las profundidades de Vaca Muerta, la colosal formación de hidrocarburos no convencionales (shale oil y shale gas) de Argentina, el gas y el petróleo que en unos años podrían exportarse desde Punta Colorada, sobre aguas del Atlántico y a unos 30 kilómetros de Sierra Grande, cuando se concreten las iniciativas lideradas por la petrolera YPF, controlada por el Estado argentino.

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