Las nuevas previsiones de la AIE (Agencia Internacional de la Energía) apuntan que la demanda de los tres principales combustibles fósiles -petróleo, gas y carbón- podría alcanzar su punto máximo antes del final de la década, a medida que las políticas climáticas empiecen a surtir efecto. La AIE señala varias tendencias mundiales como motores de este cambio: Por un lado, el conflicto entre Rusia y Ucrania ha provocado un aumento del interés por las energías renovables, mientras que los cambios estructurales en China también han propiciado una tendencia hacia formas de energía menos enfocadas en combustibles fósiles.
Aunque las noticias son positivas, el calendario previsto por la AIE puede ser demasiado optimista. Por supuesto, esperamos que las estimaciones de la agencia sean correctas, ya que beneficiarían enormemente al planeta. Sin embargo, es difícil imaginar que se produzca un cambio tan profundo antes de 2030, ya que la demanda de petróleo sigue alcanzando máximos históricos impulsada por los combustibles para el transporte. En junio de este año, la demanda de petróleo alcanzó los 103 millones de barriles al día, por encima del máximo anterior a la crisis de 102,9 millones de agosto de 2019″.
Crecimiento de las renovables
El crecimiento constante de las fuentes de energía limpia -como los paneles solares, los aerogeneradores y los vehículos eléctricos- en la última década, y en los últimos tres años en particular, demuestra un cambio claro. Los flujos de inversión en tecnologías limpias siguen superando al gasto en combustibles tradicionales tras las preocupaciones en torno a la seguridad y la asequibilidad desencadenadas por la crisis energética, según datos de la AIE (véase la Figura 1, a continuación).
Lea la nota completa en El periódico de la energía.