El carbón rompe récord de producción y es un problema para la transición

En 2022, el carbón representaba el 26,7% del consumo mundial de energía primaria. Por detrás del petróleo (31,6%), pero por delante del gas natural (23,5%). Sin embargo, el carbón fue responsable por lejos de más emisiones de dióxido de carbono.

En tiempo de cambio climático y metas de transición energética, la mayoría de los países han abandonado la energía de carbón. Pero como es barato y el mundo es testigo de situaciones como la guerra en Ucrania, se sigue usando, y mucho más de lo esperable.

De hecho, la demanda mundial de carbón aumentará un 1,4% este año y superará por primera vez el récord de 8.500 millones de toneladas, según el informe “Coal 2023”, de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

De acuerdo al reporte, hay una clarísima distinción en el mundo. Mientras que la demanda de carbón en Estados Unidos y la UE va a registrar un descenso récord del 20% este año, el uso de carbón en las economías emergentes “sigue siendo muy fuerte, con un aumento del 8% en India y del 5% en China en 2023 debido a la creciente demanda de electricidad y a la débil producción hidroeléctrica”, señala la AIE en su informe.

Esta dinámica lleva años. En una parte del mundo el consumo de carbón baja y baja; y la otra, sube y sube. En los 38 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el consumo de carbón ha disminuido a un ritmo medio anual del 3,9% en la última década. En los países no pertenecientes a la OCDE, el carbón ha crecido a un ritmo medio anual del 1,4%.

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