El mapa de los oleoductos en el mundo

A pesar de los dispares esfuerzos para acelerar la transición hacia energías limpias y renovables, el petróleo sigue siendo la principal fuente de energía a nivel global. Según la Agencia Internacional de Energía, este combustible fósil continúa alimentando casi la mitad del mix energético global y a diario se consumen alrededor de 100 millones de barriles de petróleo en el mundo. Estos datos no hacen sino confirmar una máxima que lleva marcando el ritmo del mundo desde finales del siglo XIX: por muy grave que sea la crisis climática, el oro negro sigue siendo imprescindible para el funcionamiento de cualquier país y sus derivados forman parte de nuestro día a día.

Pese a esto, la infraestructura a través de la cual viaja el petróleo pasa sin embargo bastante más desapercibida. Se trata de los oleoductos, grandes tuberías de acero que transportan el crudo desde el lugar de extracción hacia las refinerías o las terminales de exportación —como los puertos desde los que zarpan los grandes barcos petroleros— y las zonas de consumo.

Su origen se remonta a la década de 1860, cuando el empresario estadounidense Samuel Van Syckel construyó uno de los primeros oleoductos para unir un campo petrolífero en Pensilvania con las estaciones de tren desde las que se distribuía el combustible.

En la actualidad, la red global de oleoductos en activo suma un total de 306.580 kilómetros, según datos del Global Energy.

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