La ciclicidad de los precios siempre fue una característica del mercado mundial del gas natural licuado (GNL). Sin embargo, varios indicadores apuntan, al parecer, a una trayectoria más tranquila hasta el final de esta década.
Tal afirmación puede parecer extraña dada la volatilidad observada en los últimos años. La invasión rusa de Ucrania en 2022 trajo consigo subidas de precios nunca vistas, mientras los importadores europeos luchaban por encontrar proveedores alternativos de gas natural.
En 2023, incluso los cortes en Australia -un lugar desde el que no sería competitivo para los europeos importar GNL- provocaron aún más subidas de precios. Más cerca en el tiempo, las interrupciones tanto en Noruega como en Australia (otra vez) provocaron otra ronda de volatilidad.
Todo se debe a que Asia, la mayor región importadora de GNL del mundo, compite con frecuencia con Europa, que es la segunda, por los cargamentos. Este año, los precios del gas TTF holandés subieron un 40% en los últimos tres meses hasta situarse en torno a los 11 dólares por millón de unidades térmicas británicas (mmbtu).
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