El plan de YPF para que Vaca Muerta iguale al campo

Dentro de siete años, en el 2031, la Argentina podría tener exportaciones de energía por unos 30.000 millones de dólares anuales, un ingreso de divisas que se mantendría constante durante unos 20 años, calculó el presidente de YPF, Horacio Marín, para una presentación en Expoagro.

En ese caso, el saldo de la balanza comercial del sector sería positivo en más de US$ 25.000 millones; el equivalente a la mitad de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) o poco menos de un 25% del capital reestructurado en plena pandemia con fondos de inversión privados.

De esa forma, la «Vaca Muerta» se pondría a la par de la «vaca viva» que es el campo y la economía del país dejaría de depender del clima, de las lluvias o la sequía para sumar actividad, acumular reservas, ingresos fiscales y, el fin último, bajar la inflación, el desempleo y la pobreza.

La Argentina se convertiría así en una verdadera potencia energética en un mundo que continuará en los próximos años la larga transición del carbón y los fósiles más contaminantes hasta las energías renovables.

Para eso, Marín diseñó un plan intermedio que nombró «4×4» y consiste en cuadruplicar el valor de la acción en cuatro años, a partir de distintas medidas que potenciarán las inversiones en Vaca Muerta y desarrollarán la infraestructura de oleoductos y gasoductos para evacuar la producción hacia países de la región y hacia el mar.

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