Los últimos datos acerca del calentamiento global proporcionados por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), revelan que las emisiones de gases de efecto invernadero han alcanzado niveles alarmantes. La gravedad de esta situación ha llevado a un aumento significativo en la demanda de los consumidores y la sociedad en general, que presionan a las empresas para que asuman un papel activo en la lucha contra la crisis por el cambio climático.
En respuesta a esta creciente preocupación, empresas de todo el mundo han decidido dar un paso fundamental: asumir el compromiso de ser carbono neutrales. También conocido como «net zero», este objetivo se refiere a la situación en la que una entidad, ya sea una empresa, un país o incluso una persona, emite la misma cantidad de dióxido de carbono (CO2) que la que retira o compensa de la atmósfera. Ejemplos de empresas internacionales con compromisos «net zero» incluyen a gigantes tecnológicos como Microsoft, que se ha comprometido a ser neutro en carbono para 2030, y empresas automotrices como Ford, que aspira a alcanzar la neutralidad de carbono en sus operaciones globales para 2050.
Para alcanzar la neutralidad de carbono el primer paso es identificar las fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero de sus actividades y así poder delinear una estrategia de acción climática que permita reducir y mitigar su impacto ambiental. Para ello, la principal herramienta es la medición de huella de carbono.
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