Todo indica que la crisis económica que hoy vive Bolivia nace de la crisis de la energía que, sin duda, repercute en la falta de dólares de un país que presenta un déficit en su balanza energética y un modelo pro nacionalista con alta carga impositiva que terminó desalentando las inversiones que se necesitaban en materia de exploración.
El análisis lo hizo Alvaro Ríos Roca, experto en hidrocarburos y director de Gas Energy Latinoamérica, quien explicó como Bolivia pasó ser el corazón neurálgico energético para exportar energía a toda la región, a un país que hoy está al borde del desabastecimiento.
«En 2029 vamos a mandar la última molécula de gas a Brasil. Con las proyecciones actuales vamos a ser un país importador de gas natural en los próximos 5 años», aseguró.
Según el experto, quien definió este escenario como el agujero energético boliviano, esta situación crítica va a tener un fuerte impacto en el presupuesto de la economía boliviana y se hará sentir con mayor rigor en los próximos años.
«Hace 25 años descubrimos importantes y cuantiosas reservas de gas condensado y petróleo, y de repente en 2005 decidimos romper con todos los contratos con los operadores, elevamos los impuestos en boca de pozo al 50%, lo cual generó una gran inseguridad jurídica y esto impactó en una caída de las inversiones», advirtió Ríos Roca, en una presentación en la que estuvo acompañado por el periodista Fernando Meiter.
En su relato, el especialista criticó la política ultra nacionalista del gobierno boliviano de los últimos años. Y apuntó: «Creíamos que poniendo altos impuestos y subsidiando el mercado interno petrolero, los recursos no se iban a agotar nunca y resultó todo el contrario.
Lea la nota completa en Mejor Energía.