En medio del tembladeral político generado por el triunfo de Javier Milei en las PASO, que acentuó el resquebrajamiento de la macroeconomía, funcionarios del área energética del gobierno intentan seguir adelante con iniciativas que estaban previstas en la gestión. En esa clave, una de las medidas más ambiciosas en las que trabaja desde hace algunas semanas el Ejecutivo apunta a modificar la manera en que se actualizan las tarifas residenciales de gas natural mediante la creación de un Índice del Gas.
En términos simplificados, la regulación actual —sancionada a principios de los ‘90— establece que las tarifas que perciben distribuidoras y transportistas deben recomponerse dos veces al año (una vez por semestre). Sin embargo, en los últimos 22 años —desde la salida de la Convertibilidad— apenas se cumplió excepcionalmente con esa premisa porque la conducción política durante los gobiernos kirchneristas congeló o pisó los aumentos tarifarios.
Para zanjar esa dinámica que paralizó el correcto funcionamiento del sistema, el Enargas está diseñando un nuevo instrumento regulatorio para lograr que las tarifas domiciliarias de gas —y también de la comercios e industrias que reciben el gas de distribuidoras (GUDI’s)— se indexen de forma automática mes a mes sin la necesidad de requerir un acto administrativo por parte del ente regulador y la Secretaría de Energía.
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