El régimen para el pago de importaciones en 4 cuotas que estableció el Banco Central desde mediados de diciembre para poder acumular reservas, no sólo aumenta la deuda comercial flotante calculada en unos USD 30.000 millones; sino que, peor aún, las encarece.
Es el caso del combustible líquido que tiene que importar la estatal de energía Enarsa, para abastecer a las generadoras, ante el cambio de estación y las inminentes bajas de temperatura.
Como los pagos de importación de combustibles se concretan habitualmente 72 horas antes de que el proveedor concrete la entrega, los representantes de Enarsa le solicitaron al Banco Central una excepción para el pago de GNL por anticipado. Sin éxito en la gestión, los funcionarios comunicaron que pagarán a los proveedores con una carta de crédito.
Con este panorama lo cierto es que todos los comercializadores se van a cubrir con un aumento de precios e intereses frente al mayor riesgo que supone el anuncio de la modalidad de pago.
Argentina acredita una traumática trayectoria respecto a la importación de hidrocarburos. Vale recordar que en octubre pasado la falta de dólares para pagar cargamentos provocó una crisis de suministro de combustibles en octubre pasado, en la recta final de la campaña electoral. Entre los principales proveedores de combustibles líquidos importados figuran empresas que tienen grandes negocios en el país: Trafigura, BP, Vitol, TotalEnergies, Glencore, Gounvor y Shell.
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