ENARSA se pone al frente de cinco hidroeléctricas y activa la estatización energética

Tras un sinfín de versiones y especulaciones, el Gobierno dio el paso y dispuso la estatización de cinco represas hidroeléctricas operativas en la cuenca del Comahue. La medida, promovida desde la Secretaría de Energía que encabeza Flavia Royón, cobrará forma a través del rol de ENARSA en un proceso que tiene lugar a escasas semanas de que concluyan las primeras concesiones en ese nicho. La firma estatal se hará cargo de complejos de relevancia como El Chocón y Piedra del Águila.
Royón instruyó a Agustín Gerez, al frente de ENARSA, a través de una nota en la que remarcó la «necesidad de garantizar la seguridad pública y la continuidad en el abastecimiento de energía eléctrica que requiere el sistema, atendiendo al vencimiento inminente de las concesiones».
«Resulta pertinente disponer que, una vez extinguidos los plazos de las concesiones y revertidos los bienes al Estado Nacional, el desarrollo de la actividad de generación de energía eléctrica de los complejos hidroeléctricos quedará asignada oportunamente y conforme los instrumentos legales que correspondan, a ENARSA», añadió la funcionaria.
Las hidroeléctricas que quedarán bajo control de la empresa estatal son El Chocón y Arroyito, concesionados a la firma italiana Enel, Piedra del Águila, controlada por Central Puerto, Alicurá, operada por AES Argentina, y Planicie Banderita, concesionada a Orazul Energy.
ENARSA, al frente de las hidroeléctricas
La Secretaría de Energía también dispuso que ENARSA se haga cargo de «la eventual transferencia del personal y contratos relacionados con dichas centrales».
La decisión de la dependencia que lidera Royón rápidamente incrementó el malestar en la Patagonia, que a través de las gobernaciones de Neuquén y Río Negro batalla para hacerse con el control provincial de las usinas.
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