
Estado de la deuda por importaciones
Una de las preocupaciones latentes del sector privado gira en torno al pago de los dólares comprometidos por el Gobierno con los importadores. En lo que va del año, las importaciones devengadas de bienes acumulan un total de US$ 58.156 millones (M), una baja del 10% frente a igual período de 2022, principalmente explicado por la caída en los precios (-6,5%). Sin embargo, el base caja sumó solamente US$ 45.597 M hasta septiembre; es decir, US$ 12.559 M siguen siendo promesas de pagos (número que trepa a más de US$ 20.000 M si se incluye 2022).
Si bien hay un stock permanente de deuda comercial -ver gráfico a continuación-, los niveles actuales le escapan a la dinámica natural, principalmente desde inicios del año pasado: mientras que la deuda por el pago de servicios se mantuvo estable en torno a US$ 6.000 M desde 2017, hoy ese número se duplicó, alcanzando los US$ 12.000 M. Por su parte, el segmento de bienes pasó de los US$ 22.000 M “habituales” a US$ 43.000 M en la actualidad. De esta manera, la deuda irregular supera US$ 27.000 M, y emergen dudas sobre la capacidad de pago según los contratos preestablecidos.

Al analizar la composición de la deuda comercial de importadores, el principal acreedor son las propias empresas (deuda intercompany), con más de la mitad del total (US$ 28.442 M). Luego le siguen los propios proveedores (36%); y, muy por detrás, los bancos privados (3,8%) y gobiernos u organismos internacionales (0,3%).
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