La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) recibió en el complejo nuclear de Ezeiza un componente crítico fabricado por INVAP para el reactor multipropósito RA-10. Se trata del tanque reflector, una pieza de metalurgia de alta complejidad que es central para la obtención de los radioisótopos médicos y brindar servicios como el dopado de silicio, una funcionalidad nueva en el país y de alta demanda en el mundo. El RA-10 producirá un volumen de radioisótopos exportable por aproximadamente 90 millones de dólares anuales. El montaje de este componente acelerará la culminación del reactor, que se encuentra completo en un 80% y es uno de los principales proyectos de la empresa rionegrina en el mundo.
Diseñado por la CNEA y fabricado por INVAP en su taller de mecánica en Bariloche, el tanque reflector es un componente clave que se ubicará en el interior de la pileta del reactor y que alojará los dispositivos necesarios para el desarrollo de todas las aplicaciones previstas en la instalación. La CNEA recibió el jueves el componente procedente desde Bariloche.
Luego de 32 meses de proceso de construcción, su instalación permitirá el inicio del montaje de los internos de la pileta del reactor. Completada esa etapa, se procederá al llenado de la pileta con agua para completar los ensayos preoperacionales e iniciar la puesta en marcha del reactor.
Fabricación
La fabricación del tanque moderador, una pieza con un peso de 2540 kilos y un cuerpo cilíndrico de 2 metros de diámetro por 1,40 metros de alto, llevó años debido a las características del zircaloy, el material principal utilizado: se trata de una aleación de circonio que requiere de un trabajo manual fino que en CNEA e INVAP no dudan en calificar como «trabajo de relojería».
Lea la nota completa en Econojournal.