Los gobiernos de Europa occidental han tratado de reducir su dependencia energética de Rusia desde el estallido de la guerra de Ucrania, pero en lo que respecta al gas, han sustituido cada vez más los suministros de gasoductos del país por su gas natural licuado (GNL).
Un análisis de Reuters de los datos encontró que más de una décima parte del gas ruso que antes se enviaba por gasoducto a la Unión Europea ha sido reemplazado por GNL entregado en los puertos de la UE.
El aumento es en parte el resultado de los descuentos, dicen fuentes de la industria y el comercio.
El productor privado ruso Novatek vendió el año pasado cargamentos a precio reducido a la UE rechazados por compradores en otras partes del mundo, mientras que la empresa estatal Gazprom aumentó las exportaciones de su nuevo proyecto Portovaya LNG, compensando la caída de sus entregas de gasoductos hacia el oeste.
España, que cuenta con la mayor flota de terminales de importación de la UE, que antes no importaba gas ruso canalizado, se ha convertido en el principal reexportador del suministro ruso por vía marítima.
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