Luego de haber intentado sin éxito trasladarles el precio del Gas Natural Licuado (GNL) que importará durante este invierno, el gobierno volvió a la carga esta semana y resolvió que las distribuidoras deberán pagarle a la estatal Enarsa un sobrecosto de US$ 2,16 MMBTU por el gas adicional que necesiten de la terminal de importación de Escobar para cubrir el pico de demanda durante los días más fríos del año. La medida genera polémica porque el gobierno busca que sean las empresas las que absorban ese precio extra sin trasladárselo al usuario final. De esa manera, lograrían reducir subsidios sin tener que convalidar un mayor aumento de tarifas. Los principales directivos de las compañías se reunieron este jueves con el interventor del Enargas, Carlos Casares, para manifestarle su malestar sobre el tema, según revelaron fuentes privadas consultadas por EconoJournal.
La novedad se conoció el lunes pasado cuando Enarsa le envió una nota a la autoridad responsable del Mercado Electrónico de Gas S.A. (Megsa), a la que accedió EconoJournal, donde le solicita que actualice el precio de venta de gas que comercializa la propia empresa para las rondas spot destinadas a la demanda prioritaria, sumándole un adicional por sobre el precio fijado en la resolución 93/2024, el cual está en torno a los US$ 3,35 MMBTU. En Saliqueló, donde termina el Gasoducto Néstor Kirchner, el adicional es de US$ 0,94 MMBTU, en Cardales, donde llega el Gasoducto Mercedes-Cardales, es de US$ 0,99 MMBTU y en la terminal de regasificación de Escobar el sobrecosto llega a US$ 2,16 MMBTU.
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