El sector del petróleo en Estados Unidos evidencia un cambio en el mapa. En las últimos meses una tendencia tomó cada vez más fuerza, es que las empresas comenzaron a comprar de forma compulsiva pequeñas compañías competidoras y dejaron de lado la idea de explorar nuevos yacimientos.
La última de ellas fue Diamondback Energy que adquirió Endeavor Energy por u$s26.000 millones, una unión que reunirá a dos de los 10 mayores operadores de la llamada cuenca pérmica. En esta región, entre el oeste del estado de Texas y el sureste de Nuevo México, convergen una de las mayores reservas de crudo no convencional en Estados Unidos.
Cabe resaltar que este tipo de petróleo, atrapado en la roca, se extrae mediante inyección de agua y químicos a muy alta presión, lo cual fractura esa roca y permite extraer el oro negro. La técnica es conocida como «fracking».
Otra de las grades adquisiciones sucedió en octubre, cuando Exxon Móbil anunció el desembolso de USD59.500 millones para comprar Pioneer Natural Resources, el mayor productor de la cuenca pérmica, antes de otras fusiones y adquisiciones como la de Occidental Petroleum y CrownRock, por u$s12.000 millones hace pocos meses.
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