Mercosur-UE: las exigencias medioambientales que complican el acuerdo

Las idas y vueltas entre el Mercosur y la Unión Europea para concretar un acuerdo de libre comercio no son una novedad. Resueltas algunas cuestiones de dicho tratado, desde el Viejo Continente exigen ciertos requisitos medioambientales de cara a ampliar el comercio bilateral. En el entendimiento, por ejemplo, se incluye el denominado “principio de precaución”, el que garantiza que ambas partes prioricen la protección de la salud y el medio ambiente, aun en detrimento del comercio.
Al igual que en gran parte del mundo, en la región del Mercosur se llevan adelante modelos de producción agropecuarios que tienden a desgastar el suelo y que de sostenerse podrían llevar a un default ecológico en detrimento de la tierra fértil.
En concreto, desde el Viejo Continente se demanda operar sobre tres ejes: el no aumento de la deforestación importada, el respeto a los Acuerdos de París y una serie de “cláusulas espejo” para que los productos agroalimentarios importados, beneficiarios de un acceso preferencial respeten las normas sanitarias y ambientales de la UE, una condición que en territorio nacional se presenta mayoritariamente como una traba.
“Las medidas que se imponen desde Europa implican una necesidad de cambio, de transformación para una parte importante del modelo de producción en la región. En los países de la Unión Europea hay una normativa medioambiental muy estricta para la conservación y cuidado medioambiental”, explica Joaquín Basanta, presidente de Agro Sustentable, una empresa argentina dedicada a la producción de bioinsumos agrícolas y que sigue de cerca el mercado europeo.
Lea la nota completa en Ámbito.