Por qué industriales locales ven con recelo proyectos energéticos que llevan el sello del RIGI

Mientras el Gobierno de Javier Milei celebra la aparición de nuevas iniciativas encuadradas dentro del «Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI)» que engloban un paquete de inversiones de u$s 12.400 millones; el primer proyecto aprobado con esas reglas de juego reavivó las preocupaciones y dudas que se habían planteado el año pasado entre los industriales metalúrgicos y los fabricantes de equipos y componentes eléctricos.

Tanto la resolución 1/25 del ministerio de Economía comandado por Luis Caputo que convalidó el ingreso al RIGI del proyecto «Parque Solar El Quemado» a cargo de YPF Luz; como las contrataciones iniciales de la obra del nuevo oleoducto Vaca Muerta Sur (VMOS) que encabeza la petrolera de mayoría accionaria estatal dejaron en las industrias y empresas de ingeniería locales un doble sabor amargo. 

Por un lado, por la gran cantidad de equipos e insumos que se autorizaron a importar para la instalación del complejo de generación solar. Y, por otro lado, por la decisión de YPF de adjudicar dos de las obras más relevantes del oleoducto a firmas extranjeras.

Si bien por ahora no hay ánimo para salir a confrontar contra la administración libertaria; en la Unión Industrial Argentina (UIA) y en la Asociación de Industriales Metalúrgicos (ADIMRA) admiten puertas adentro que los impactos negativos del RIGI podrían ser más marcados que los previstos inicialmente debido a la postura oficial de no exigir una mayor contratación de proveedores locales de bienes y obras en los proyectos en juego.

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