El gobierno saliente, en medio de los graves problemas macroeconómicos que enfrenta el país y tras un inicio de gestión marcado por la parálisis, puede exhibir un balance final en cuanto a política energética en el que se entrelazan aspectos negativos con otros positivos, gracias al lanzamiento del Plan Gas a fines de 2020 y al dinamismo que le imprimió a la gestión la llegada de Sergio Massa al Ministerio de Economía a mediados de 2022.
En el lado del debe quedan precios rezagados en toda la canasta energética que representarán una herencia sumamente compleja de administrar para la gestión entrante a partir del 10 de diciembre. En el lado del haber, se encuentran un conjunto significativo de obras de infraestructura energética ya habilitadas, en proceso de construcción, licitadas o planificadas. Y un horizonte de desarrollo exportador con obstáculos, pero con un norte definido.
Infraestructura y potencial
El nuevo gobierno asumirá con la primera etapa del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner operativa desde julio de 2023. En las próximas semanas se habilitará el gasoducto Mercedes-Cardales, que permitirá mejorar el abastecimiento en una de las áreas más demandantes de gas natural del sistema: el litoral.
Para mediados de 2024 se sumará compresión al gasoducto, y se duplicará su capacidad. Se licitó y estará en construcción el gasoducto La Carlota-Tío Pujio, y la reversión del gasoducto Norte, que en un escenario optimista podría estar disponible en algún momento del invierno próximo y permitiría sustituir las importaciones de gas provenientes de Bolivia.
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