Se abre la veda para la captura y almacenamiento de CO2

La captura y almacenamiento de carbono (CCS por sus siglas en inglés) ha experimentado un aumento prometedor en proyectos en casi toda Europa. En la actualidad, existen 73 instalaciones en distintas etapas de desarrollo en la UE y el Reino Unido, pero la carrera por liderar este nicho de negocio se ha disparado, según datos del último informe de Global CCS Institute.
Pero sólo es el principio. Desde 2020, ha aumentado el número de proyectos financiados a través del Fondo de Innovación de la UE, un programa de subvenciones que tiene como objetivo apoyar los objetivos de neutralidad climática de la Comisión para 2050.
Pero ¿en qué consiste esta tecnología? Hay dos tipos principales de captura y almacenamiento de carbono. Por un lado la que captura el CO2 producido en la fuente, como una chimenea, y por otra la captura directa de aire (DAC), que elimina el dióxido de carbono (CO2) que ya se ha liberado a la atmósfera. Además, suele ir asociado a algún sistema de almacenamiento que puede estar incluso a varios kilómetros de la instalación
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