
Yacimiento de hidrógeno blanco “casi infinito”
El hidrógeno es el elemento más abundante del universo. Está también presente en nuestro planeta, pero en general se lo encuentra unido a otros elementos: por ejemplo, con oxígeno, para hacer agua (dos átomos de hidrógeno con uno de oxígeno, como aprendimos en el secundario). El hidrógeno, también, tiene una virtud: ser combustible y, en esa combustión, generar agua, por lo que ha sido elegido, hace tiempo, como un combustible alternativo a los fósiles (derivados del carbón y del petróleo), que en su combustión generan dióxido de carbono y otros gases nocivos para el medio ambiente.
Pero hasta ahora era muy difícil encontrar hidrógeno en grandes cantidades en forma natural, como un yacimiento: por eso hay múltiples esfuerzos en todo el mundo para obtener hidrógeno verde, que es un método para separar el hidrógeno de otro componente usando, por ejemplo, electrólisis basándose en una fuente de energía renovable (solar o eólica). Se le dice verde porque el ciclo completo de generación no tiene impacto ambiental.
El plan nacional para producir hidrógeno verde
De hecho, en mayo de este año el Gobierno presentó un proyecto para promover la generación de hidrógeno en el país, con base en tres técnicas: la verde (electrólisis por energías renovables), la rosa (usar energía nuclear para la separación del hidrógeno) o azul (usando gas natural). Obviamente, la verde es la preferible para evitar un impacto ambiental.
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