¿A Brasil le conviene desarrollar su gas o Vaca Muerta?

El desarrollo del potencial gasífero de Vaca Muerta y su necesario acompañamiento de las necesarias obras de infraestructura para llevar la producción hacia la demanda, ya pasó de ser un escenario de analistas del sector a una necesidad urgente no sólo para la Argentina, sino también para Brasil. Ambos países son conscientes de que más temprano que tarde dejarán de contar con el aporte de Bolivia, el proveedor más accesible de las últimas décadas.

El declino irrefrenable de la producción boliviana obligó al gobierno argentino a acelerar el proyecto de reversión del Gasoducto del Norte para llevar gas de Vaca Muerta a esa zona del país. Esa obra también servirá para llegar con los recursos neuquinos a tierras brasileñas a través de la infraestructura ociosa que tendrá Bolivia.

La discusión sobre la disponibilidad de gas es candente en Brasil. Días atrás, el ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, acusó a Petrobras de negligencia por reinyectar grandes volúmenes de gas natural en sus campos petroleros offshore cuando se necesita para atender las necesidades de la industria.

En respuesta, altos ejecutivos del sector minimizaron públicamente el potencial gasífero del país que preside Lula Da Silva.

El director de Transición y Sostenibilidad Energética de Petrobras, Mauricio Tolmasquim, y el presidente de Shell en Brasil, Cristiano Pinto da Costa, descartaron la posibilidad de que el país gasifique su matriz energética, pese a ser el octavo productor hidrocarburífero del mundo. La explicación se resume en su bajo volumen relativo de reservas y el alto costo de producción.

Lea la nota completa en Más Energía.

    Diplomatura en producción de litio