Nació hace apenas 10 años con el plan de ser una petrolera con una estructura chica que pueda ser eficiente en las áreas convencionales que ya no les interesaban a las grandes de la industria que empezaban a concentrarse en Vaca Muerta.
Hoy el panorama de Aconcagua Energía es completamente distinto. No sólo tiene previsto volcarse al shale oil como pilar de su crecimiento en la próxima década, sino que ya cuentan con una estrategia diversificada que incluye negocios de generación eléctrica y hasta sueñan con salir a cotizar en Wall Street.
«En unos años queremos multiplicar la producción por tres o por cuatro y llegar a los 50.000 barriles día, casi lo que es hoy Vista», sueña Pablo Calderone, Gerente de Relaciones con Inversores, en una entrevista con Forbes en las nuevas oficinas del grupo energético en el bajo porteño.
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