Alemania: el corte de gas ruso la sumerge en el primer déficit comercial desde 1991

Alemania, la tercera potencia manufacturera del mundo, y poseedora del mayor superávit de cuenta corriente del sistema global en relación al producto y la población, experimentó en mayo el primer déficit comercial de su historia desde la reunificación de 1990.
Esto se logró con un saldo negativo de más de €1.000 millones (U$S 1.200 millones), consecuencia del precio record de la energía (petróleo y gas) y a la honda disrupción del comercio internacional provocada por la Guerra de Ucrania y las sanciones comerciales impuestas a Rusia por EE.UU., la Unión Europea, y el Reino Unido.
El precio de la energía depende esencialmente del valor del gas, y éste proviene fundamentalmente de Rusia, que provee más de 40% de la demanda europea, y más de 60% de la alemana.
Ahora Rusia ha comenzado a cortar la provisión de gas al mercado europeo, y su precio, como consecuencia, tiende a multiplicarse; y esto sucede cuando el invierno se aproxima.
Este auge fenomenal del costo de la energía ha sido consecuencia de un aumento extraordinario del valor de las importaciones, que sumado a una disminución significativa de las exportaciones manufactureras, que se han reducido más de 20% en el último año, ha sumergido a la economía alemana en su primer déficit comercial en las últimas tres décadas.
Esto hace que la República Federal enfrente una situación de emergencia energética, que la lleva a racionar la provisión de gas tanto en los hogares como en los usuarios industriales en el segundo semestre de 2022, con riesgo cierto de que la crisis adquiera un carácter agudo en los últimos tres meses del año, lo que implicaría el cierre de amplias franjas de la industria alemana, sobre todo las electro-intensivas, como la fabricación en gran escala de aluminio, zinc y plásticos, además de la fabricación de aeronaves, como ha advertido la Federación de Sindicatos, de tradicional orientación socialdemócrata.
Esta crisis energética es la que ha llevado a la Zona Euro a experimentar en mayo una tasa de inflación de 8,6% anual, la más elevada de los últimos 40 años; y también la ha obligado a reducir crecientemente la demanda, lo que implica desatar una profunda recesión.
La demanda alemana ha caído más de 5% en los últimos cuatro meses, lo que significa que la industria ha comenzado a disminuir sus operaciones, lo que se intensificaría en el segundo semestre del año.
Los datos centrales del comercio exterior alemán son los siguientes: las importaciones aumentaron 2,7% en mayo, y llegaron a €126.700 millones, mientras que las exportaciones cayeron a €125.800 millones.
La emergencia energética provocada por la disminución de la provisión de gas ruso ha forzado al canciller Olaf Scholz a reabrir las plantas de generación de energía a base de carbón, que han sido clausuradas en los últimos 6 años.
Lea la nota completa en Diario La República.