Argentina podría ayudar al mundo si aumenta su producción de litio

La revista especializada The Economist planteó que la Argentina podría tener un papel estratégico clave para la provisión de litio a todo el mundo en los próximos años, inclusive a pesar de las fuertes restricciones macroeconómicas que pesan sobre el país en los últimos años. La publicación consideró que Argentina será un jugador clave global para el litio y estimó que en 2030 podría representar el 16% del suministro mundial.
“Imagine un país de América del Sur que sea favorable a los negocios, sea atractivo para el capital extranjero y ofrezca estabilidad política para la inversión a largo plazo. La mayoría de la gente pensaría en Chile. Pero cuando se trata de extraer litio, un metal ligero similar a la sal que se usa para las baterías de los vehículos eléctricos y los teléfonos móviles, el país en cuestión es su vecino disfuncional, Argentina”, consideró esa publicación inglesa.
“Más conocidos por la inflación de tres dígitos y por criticar al Fondo Monetario Internacional, los funcionarios argentinos lanzaron una ofensiva de encanto a Washington DC y Londres con un mensaje de aliento: el sector minero está abierto para los negocios”, elogió The Economist.
Según el artículo publicado esta semana, la transición a la energía verde convitió al litio en uno de los metales más buscados del mundo. En ese sentido, planteó que el precio del carbonato de litio, que es la materia prima utilizada en las baterías de iones de litio, se disparó este año desde un promedio de cinco años de alrededor de 14 mil dólares por tonelada a más de 80 mil.
De acuerdo a datos de Benchmark Mineral Intelligence, una consultora citada en la publicación, a medida que crecen las ventas de vehículos eléctricos, se espera que la demanda de carbonato de litio aumente a 2,4 millones de toneladas en 2030, en comparación con alrededor de 600.000 toneladas este año.
Como se conoce, la Argentina, junto a Chile y Bolivia conforman lo que se suele llamar el triángulo del litio, por el enorme potencial de extracción entre los tres países. La publicación inglesa planteó que Bolivia casi no pudo desarrollar sus yacimientos y que Chile amesetó su producción. Por eso, The Economist sostuvo como una ventaja para el sector privado que “el litio no se considera un recurso estratégico en Argentina” y que “el estado juega un papel pequeño”.
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