Tras más de ocho décadas de espera y proyectos inconclusos, Bolivia ha dado un paso decisivo hacia la industrialización con la inauguración del Complejo Siderúrgico del Mutún, ubicado en Puerto Suárez, Santa Cruz. El presidente Luis Arce encabezó ayer la ceremonia que marca el inicio de la producción de acero en el país, un hito que reducirá la dependencia de importaciones y posicionará a Bolivia como un actor clave en la industria siderúrgica regional.
El proyecto, que demandó una inversión de 546 millones de dólares, es considerado uno de los más ambiciosos del país en materia industrial. Arce lo calificó como el despertar de un “gigante dormido”, en referencia a las vastas reservas de hierro del cerro Mutún, descubiertas en 1848 por el geólogo francés Francis Castelnau. “Hoy dejamos atrás décadas de frustraciones y concretamos un sueño largamente postergado. Antes faltó voluntad política, pero nuestro gobierno está cumpliendo con Bolivia”, sostuvo el mandatario.
El Mutún alberga una de las mayores reservas de hierro del mundo, con aproximadamente 40.000 millones de toneladas de este mineral y 10.000 millones de toneladas de manganeso. No obstante, el proyecto enfrentó numerosos obstáculos desde los primeros estudios de exploración en 1956. Aunque en 2005 se creó la Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM), los avances fueron limitados hasta su reactivación en 2021, tras haber quedado paralizado durante el gobierno de Jeanine Áñez.
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