Claves de la transición e integración energética en Sudamérica

La perspectiva de una integración energética más profunda en Sudamérica parece más prometedora
que nunca, dijo a BNamericas una consultora energética recién creada.
Los vínculos transfronterizos en el ámbito del gas y la electricidad se consideran vitales para la
transición energética regional, pues permiten a los países resolver algunos de los problemas asociados
a una adopción más decidida de las energías renovables y, al mismo tiempo, refuerzan la resiliencia
energética.
“Creo que la región está camino a habitar un proceso de integración energética como nunca antes ha
sucedido, reseteando los errores del pasado con un potencial para escalar hacia mercados energéticos
maduros y con una amplia variedad de fuentes de respaldo”, señaló Luciano Codeseira, director
ejecutivo de la firma regional de asesoría en transición energética Gas Transition Consultant.
El gas —junto con la electricidad, el petróleo, el GLP, los metales energéticos y el hidrógeno— es el
foco principal de la compañía, que tiene sede en la capital chilena, Santiago, y fue fundada para apoyar
las decisiones del sector público y privado.
Argentina, que se encuentra expandiendo su producción de gas y ampliando su infraestructura
midstream, se está perfilando para asumir un papel protagónico en los procesos de transición e
integración energética. Los productores del país están interesados en exportar en firme durante el año
completo a vecinos como Chile y Brasil, y, eventualmente, exportar al extranjero a través de
plantas de licuefacción.
Argentina tiene gasoductos conectados con Chile, Uruguay y Brasil y se están evaluando planes para
fortalecer la interconexión con este último país.
“La hemos llamado Gas Transition Consultant porque vemos en el gas natural un catalizador en la
transición energética”, indicó Codeseira (en la foto), exejecutivo de la industria y académico
especializado en el sector. “Su disponibilidad, confiabilidad y condición de respaldo lo convierte en el
recurso fósil adecuado a la transición, con Vaca Muerta requiriendo un verdadero salto discreto en la
producción, su orientación al mercado regional resulta muy compatible con los objetivos de
exportación global de los upstreamers”, añadió.
En materia de electricidad, Argentina está conectada con Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.
En Sudamérica, diversos proyectos de transmisión entre Chile y Perú, Brasil y Bolivia, Bolivia y Perú,
Ecuador y Perú y Brasil y Guyana se encuentran en etapa de desarrollo, entre los cuales el más
avanzado es el enlace Ecuador-Perú.
Una segunda línea Chile-Argentina, propuesta por Enel Generación Chile y denominada interconexión
Los Cóndores-Río Diamante, se encuentra en evaluación ambiental en Chile. El enlace de 500kV se
extendería entre el municipio de San Clemente en la región chilena de Maule y la provincia argentina
de Mendoza.
La línea existente —el enlace de 345kV Andes-Cobo, que tiene una extensión de 271km y es propiedad
de AES Andes— entró nuevamente en servicio hace poco luego de firmados los permisos que
autorizan el intercambio de electricidad con el objetivo de aprovechar el potencial solar del norte de
Chile y la capacidad de producción de gas de Argentina.
Gracias a sus abundantes recursos de hidrocarburos, energía eólica y solar, cobre y litio y a un gran
potencial de producción y exportación de hidrógeno verde y derivados, Sudamérica está bien
posicionada para aprovechar la ola de la transición energética y blindarse parcialmente de la volatilidad
de los precios internacionales de la energía.
El principal desafío para los gobiernos y para el sector privado en Sudamérica es aprovechar estas
oportunidades.
De nacionalidad argentina, Codeseira, cuya empresa ofrece servicios de análisis de mercado y
perspectiva local e internacional, diseño de políticas, planificación de proyectos y asesoría regulatoria,
señaló: “La disponibilidad de enormes volúmenes de gas y petróleo en Vaca Muerta, los vastos
recursos de cobre y litio en la región, el potencial para el desarrollo de hidrógeno y los recursos
hidrocarburíferos localizados en el offshore de Venezuela, Guyana, Brasil y el mar argentino ubican a la
región en un lugar destacado hacia la transición energética global”.
“El desafío será el de impulsar medidas que promuevan el desarrollo de ese potencial y a la par
habiten en la complejidad política y social del presente, todo ello en un marco global lo suficientemente
inestable y al que, a su vez, nuestra región puede brindarle soporte y estabilidad”.
Una reciente conferencia sobre América Latina organizada por Siemens Energy abordó estos
obstáculos.
«Tenemos que trabajar juntos. Hay muchos países haciendo diferentes cosas solos y ese no es el
camino”, señaló entonces Álvaro Villasante, presidente ejecutivo de Grupo Energía Bogotá.
Codeseira hace eco de esta postura: “De alguna manera, para que esto no sea un intento fallido más,
todos los actores del mercado deben contribuir al proceso y, en lo personal, deseo ser una parte activa
en la transición”.
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