Vaca Muerta funciona como una suerte de motor que avanza y lo hace con una dinámica de efecto derrame sobre otros sectores de la economía neuquina. Tal es el caso de la minería, que parece desarrollarse como soporte de la producción no convencional en la cuenca.
“El presente de la industria es el sostenimiento total de lo que viene siendo tradicionalmente, con una proyección de crecimiento bastante posible por todo lo que tracciona Vaca Muerta en los distintos rubros y la minería no es la excepción”, contó Carlos Portilla, titular de la Dirección Provincial de Minería de Neuquén.
En diálogo con +e, el funcionario detalló que “los minerales áridos que se usan en las diversas construcciones en Vaca Muerta se proveen desde la misma provincia y no debemos pasar por alto el tema de la proyección del uso de arenas para fracking, donde Neuquén está comenzando a tener una participación interesante”.
“En minería, Vaca Muerta es lo que más tracciona, ya sea en cantidad de yacimientos o de toneladas. De acuerdo a un informe propio, se habla de una producción aproximada de 4 millones de toneladas y casi tres cuartas partes de eso pertenecen a los áridos que se insumen en Vaca Muerta”, resumió.
Este impulso se traduce en números concretos ya que, según Portilla, “sobre esa producción aproximada, nosotros intentamos encontrar el valor real de la participación de los minerales y hemos visto que se acerca a los 10.000 millones de pesos para el año pasado. Es interesante ver los minerales que está consumiendo Vaca Muerta”.
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