“Creo que hay que industrializar todo el gas en la Argentina y sólo exportar excedentes”

El ex ministro de Economía Martín Guzmán analizó el impacto que tendrá el gasoducto Néstor Kirchner (GNK) en los próximos años y se refirió al mercado de exportación de Argentina y la producción de gas de Vaca Muerta. En diálogo con EconoJournal, consideró que “hay que industrializar todo el gas en la Argentina y sólo aquello que no se pueda industrializar debería ser lo que se tendría que exportar. La industrialización del gas genera divisas e implica sustituir importaciones y generar capacidad de exportación de otros productos que no son primarios”.
“Yo lo que quiero replicar es una industria competitiva, no que haya cinco que se queden con el excedente que esta industria genera, sino que se transforme en una industrialización que implique mejores salarios reales, trabajo”, sostuvo.
Asimismo, destacó el trabajo mancomunado entre el sector público y privado para construir el gasoducto. “Creo que el gasoducto es un ejemplo no común en Argentina de articulación público-privada virtuosa. Se puede trabajar en el país de una forma articulada entre el sector público y el privado y los distintos poderes tirando para el mismo lado”, indicó.
El ex ministro aprovechó además para responder a las críticas de Agustín Gerez, el gerente de Enarsa, quien lo acusó de haber paralizado durante 84 días la firma del decreto que puso en marcha la construcción del gasoducto. Guzmán sostuvo que lo dicho por Gerez es totalmente falso y que lejos de haber demoras, los procesos jurídicos y administrativos para avanzar con la licitación fueron en tiempo récord “El gasoducto Néstor Kirchner siempre fue una prioridad porque la energía es transformacional para el país”, aseguró.
–La inauguración y puesta en marcha del gasoducto Néstor Kirchner posibilita una mayor inyección de gas al sistema desde Neuquén. En base a esto, ¿qué cuestiones regulatorias y formulación de políticas públicas analiza teniendo en cuenta este escenario?
–La concreción de la construcción del gasoducto es una noticia muy positiva para la Argentina. Puede ser bien utilizado, bien regulado y transformador para el país en un conjunto de dimensiones. Primero desde lo productivo, segundo desde lo macroeconómico, es decir, desde la balanza de pagos y tercero desde lo fiscal. Desde lo productivo, lo primero tiene que ver con lograr que el precio de la energía baje. Esto es posible porque el gasoducto va a disminuir los costos de producción, dado que el sector gasífero se trata de una industria en donde hay economías de escala y, por lo tanto, el poder tener una mayor capacidad de transporte va a permitir mayor volumen de producción. Justamente, hoy la cuestión del transporte es uno de los principales cuellos de botella para el incremento de la producción. Los costos deberían caer. Y si esa caída en los costos medios de producción se traslada a una baja en los precios de la energía, esto significaría que toda nuestra industria podría ser más competitiva.
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