Ya es un lugar común decir que los drivers del crecimiento económico de la Argentina en los próximos años pasan por Vaca Muerta y el desarrollo de los recursos hidrocarburíferos no convencionales más el offshore cerca de la costa bonaerense; el litio; la minería metalífera; el agro siempre presente, y hasta la Economía del Conocimiento.
Ahora empezó a pedir pista también la industria forestal, que tiene todo para jugar en las grandes ligas globales en esta actividad, pero necesita algunas condiciones jurídicas y económicas para despegar.
Para eso no hace falta que se alineen los planetas, pero sí se requiere que se estabilice la macroeconomía, que el país pueda ofrecer seguridad jurídica y también algunas cuestiones puntuales como derogar o modificar la Ley de Tierras y medidas para atraer inversiones, algo que el meneado Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) contempla casi a medida.
Lea la nota completa en Forbes.