Cultivar y enterrar algas en el Sahara, una solución novedosa

En el desierto del Sahara, uno de los entornos más inhóspitos que se puede imaginar, crece a buen ritmo una solución natural a la crisis climática.
La empresa londinense Brilliant Planet alquiló 6.100 hectáreas de terreno a las afueras de la remota ciudad costera de Akhfenir, en el sur de Marruecos, encajonada entre el océano Atlántico al norte y el Sahara al sur. Y lo está utilizando para cultivar algas.
Las algas absorben dióxido de carbono atmosférico y emiten oxígeno mediante la fotosíntesis, y llevan haciéndolo desde antes de que existieran las primeras plantas terrestres.
Adam Taylor, CEO de Brilliant Planet, afirma que la empresa desarrolló un método para cultivar algas a un ritmo exponencial, empezando en un laboratorio y terminando en piscinas de 12.000 metros cuadrados de agua de mar de origen local. Taylor afirma que el proceso imita una floración natural de algas, y que un tubo de ensayo de algas puede multiplicarse hasta llenar 16 de estas piscinas gigantes, el equivalente a 77 piscinas olímpicas, en tan solo 30 días.
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