¿El auge petrolero la librará de la crisis económica?

Una brisa fresca está cortando el miasma disfuncional que envuelve la economía argentina en estos días, y proviene de la industria de petróleo y gas del país, de todos los lugares.
Impulsada por un gran depósito de esquisto en la Patagonia, la producción de petróleo está aumentando a un ritmo de dos dígitos, las empresas están entusiasmadas con nuevos proyectos para impulsar las exportaciones y la producción de gas natural y los ejecutivos de la industria esperan las próximas elecciones presidenciales con grandes esperanzas de un mejor entorno empresarial. Algunas de las acciones más expuestas al negocio de hidrocarburos de Argentina, como el campeón nacional YPF SA y el operador de gasoductos Transportadora Gas del Norte SA, han subido más del 300% en términos de dólares en los últimos 12 meses. También se espera que el inicio de un nuevo gasoducto de 573 kilómetros (356 millas) ahorre miles de millones en importaciones de energía, uno de los mayores dolores de cabeza políticos de las últimas administraciones.
Gracias a la productividad de los pozos que supera incluso a sus contrapartes de esquisto de Estados Unidos, el parche de Vaca Muerta en la provincia de Neuquén podría alcanzar 1 millón de barriles por día de producción de petróleo para fines de década, según un informe de la consultora Rystad Energy. Si ese crecimiento explosivo ocurre, y es un gran «si», Argentina podría volver a encontrarse en el camino hacia la autosuficiencia energética, impulsando las reservas de dólares muy necesarias al exportar la mayor parte del crudo ligero agregado con la capacidad adicional.
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