El futuro de Vaca Muerta y el GNL en Argentina

Durante 2020, en plena pandemia, con caída en la producción de gas y un contexto social apremiante, el Gobierno argentino, a través del Ministerio de Energía, puso en marcha el Plan Gas 2020-2024, incorporando conceptos de programas anteriores, con el objetivo de generar un nuevo marco de precios de largo plazo que se traduzca en compromisos de inversión -principalmente en vaca muerta– e inyección para abastecer la demanda interna de gas viviendas y plantas, por un período de cuatro años.
Ese plan fue renovado ahora por el ministro de Economía, Sergio Massagarantizar el suministro del gasoducto Néstor Kirchner, entre otros objetivos.
Uno de los autores de ese programa fue Juan José Carbajales, ex subsecretario de Hidrocarburos de la Nación y titular de la consultora Paspartú, quien esta semana publicó el libro “El Plan Gas, política pública energética y transición ambiental en Argentina” (Edunpaz), en el que explica el proceso de elaboración de la política pública, sus antecedentes, los objetivos y el resultado, en el que destaca coordinación sinérgica con el sector privado, y profundiza en la transición energética y el rol del gas en la matriz energética argentina.
¿Cuáles fueron los objetivos y logros del Plan Gas 2022-2024?
Revertir la caída en la producción de gas fue el primer objetivo, porque afectó directamente las importaciones y repercutió en mayores importaciones de GNL. Un plan de estímulo para que las empresas tuvieran las condiciones para invertir, con contratos firmados a cuatro años que le daban al gobierno previsibilidad y al mismo tiempo seguridad de que tendría la oferta para los picos de demanda.
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