Las buenas noticias se celebran, pero sin exagerar. Y un poco de las dos cosas pasó luego de que el martes el gas de Vaca Muerta llegara por primera vez a la región de San Pablo, Brasil, pasando por las redes de Bolivia. Y es que si bien se trata de un hito muy significativo, hoy no están dadas las condiciones para que las exportaciones puedan mantenerse en el tiempo ni elevar significativamente su volumen.
Vayamos por parte porque este hito tiene por detrás un trabajo de largos años. “Hace cinco años que venimos empujando esto que pocos creían posible”, planteó a Energía On el exministro de Hidrocarburos de Bolivia y socio director de Gas Energy Latam, Álvaro Ríos Roca.
Y es que lo más importante de esta exportación piloto por un total de 4,5 millones de metros cúbicos de gas de TotalEnergies hasta las instalaciones de Matrix Energía de San Pablo, está en lo político.
El gobierno boliviano, que controla Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) que, a su vez, controla tanto todas las exportaciones de gas como su transporte, era reticente a moverse de su rol de exportador a uno de transportista.
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