Acomienzos del 2009 las entonces autoridades del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), advirtieron sobre la implementación en el sector de una operatoria que llevaban a cabo algunos productores de gas que consistía en trabajar contra la máxima presión de operación admisible (MAPO) de un gasoducto, priorizando dicha metodología por sobre la inyección de sus caudales programados.
La estrategia terminaba por incrementar de manera considerable la presión máxima en los primeros tramos del Gasoducto Gral. San Martín en la zona Fueguina y Austral, por ejemplo, que causaba inconvenientes a otros productores que se quejaron ante el ente oficial mostrando su desacuerdo con esta mecánica, dado que el ingreso de volúmenes de gas natural no programados provocaban inconvenientes para cumplir con su propia programación.
Luego de 16 años, esos problemas persisten a pesar de los reclamos efectuados por las empresas afectadas ya que no se logró ordenar el sistema de inyección de gas natural por lo que fue necesaria una nueva intervención del Enargas que, a partir de nuevas medidas, intentará mediar entre los productores y terminar con dicha práctica.
Fracaso de 16 años
Por lo menos así surge de la Resolución 25/2025, que se dirige «a las Licenciatarias del Servicio Público de Transporte, de Distribución, Productores de Gas Natural, terceros interesados y al público en general, a las cuales las invita «a expresar sus opiniones y propuestas, respecto del proyecto referido al Procedimiento de Control de las sobreinyecciones de productores».
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