El sector petrolero suele ser noticia habitualmente por los récords que se vienen registrando en Vaca Muerta, tanto a nivel de etapas de fractura como de producción. Sin embargo, la estadística nacional de los últimos 6 meses muestra un dato inquietante. Desde marzo la producción de crudo a nivel nacional se contrajo de 649.000 a 632.000 barriles por día (kbbl/d), un 2,7%, según datos de la consultora Economía & Energía que retoma datos oficiales de la Secretaría de Energía.
Una vez superado el peor momento de la pandemia de coronavirus, la producción petrolera comenzó a crecer de modo ininterrumpida de la mano de la expansión del shale. En julio de 2020 estaba en 487 kbbl/d, en julio de 2021 subió a 530 kbbl/d, en julio de 2022 a 595 kbbl/d y en julio de 2023 llegó a 632 kbbl/d.
Esa suba se explica enteramente por el shale oil, el petróleo que se extrae de forma no convencional en la cuenca Neuquina, que logró absorber la declinación estructural de la producción convencional, que viene cayendo año a año. De hecho, en los primeros siete meses de 2023 la producción trepó 9% por una expansión de 29% en el shale que permitió compensar la caída de 3% en los campos convencionales. No obstante, cuando se observa lo ocurrido entre marzo y julio puede verse que la producción total retrocedió de 649 a 632 kbbl/d.
Las posibles causas
Este leve retroceso en la producción es motivo de análisis al interior de la propia industria y no hay un consenso pleno sobre las causas que lo explican. “No puedo darte una explicación concreta. Hay que evaluar empresa por empresa para entender qué es lo que está pasando”, reconoció el director de Planeamiento de una de las principales empresas del sector que fue consultado por EconoJournal en la última edición de la AOG Expo realizada en septiembre en La Rural.
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