
El precio de la nafta está en el nivel más bajo
El gobierno superó el reciente sofocón por la escasez de combustibles, pero se trata de una solución transitoria. Rascó el chanchito y los pocos dólares del BCRA y logró que entraran barcos llenos de combustible que ante la incertidumbre de cobro remoloneaban por el Río de la Plata, a pocas millas de donde finalmente descargaron. Un rápido despliegue logístico de miles de camiones distribuyendo nafta y gasoil por todo el país hizo el resto.
Pero el problema reaparecerá si no se arreglan cuestiones de fondo, como la relación de precios locales e internacionales, la escasez de divisas y un esquema que no atrae las inversiones necesarias para sostener el aumento de la producción de petróleo y gas, aumentar la capacidad de refinación y disponer de alternativas como un mayor aporte doméstico de biocombustibles, sea en forma etanol (de azúcar o maíz) o biodiesel (a partir de aceite de soja).
En pleno sofocón, el ministro de Economía, Sergio Massa, puso el tema en términos electorales; dijo que en su “proyecto de país” los argentinos seguirían pagando la nafta barata (días después hubo un aumento del 10%), pero en un eventual gobierno de Javier Milei, su rival de la segunda vuelta, la nafta costaría $680 el litro. Días después, Juan José Aranguren, quien fue secretario de Energía en el gobierno de Macri, estiró la cifra a $900 el litro.
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