Europa acentúa su giro intervencionista para contener la crisis energética

La decisión en Francia de avanzar con la “nacionalización” de la principal compañía generadora y distribuidora de electricidad del país pone en escena las dificultades que Europa atraviesa para evitar una profundización de la crisis energética. Al fantasma del racionamiento energético se suman las consecuencias económicas de los aumentos de los costos energéticos. La situación esta forzando a los Estados europeos a intervenir en los mercados y motoriza en la Unión Europea discusiones sobre reformas estructurales.
La primera ministra francesa, Élisabeth Borne, anunció el miércoles que el gobierno nacionalizará Electricité de France (EDF), la mayor compañía de generación eléctrica de Francia, sobre la base de garantizar la soberanía energética y relanzar la industria nuclear francesa. El Estado, dueño del 84% del paquete accionario de EDF, buscará hacerse con el 100% del control de la compañía. “La emergencia climáticarequiere decisiones fuertes y radicales. Necesitamos tener el control total de la producción y de nuestro futuro. Debemos asegurar nuestra soberanía frente a las consecuencias de la guerra y los colosales desafíos que se avecinan”, dijo Borne.
Entre las consecuencias aludidas esta el alza de los precios de la energía, uno de los principales factores detrás de la inflación y de la reducción en la actividad industrial en Europa. El panorama es de alarma: los precios futuros de la energía eléctrica anotaron nuevos récords durante la última semana. En Francia los precios de la energía de base para el próximo año se dispararon el jueves a € 355 por MWh. El mismo contrato en Alemania tocó los € 392/MWh.
El gobierno francés no especificó detalles ni plazos para la nacionalización de EDF. Pero es probable que este pensando en forzar nuevamente a la compañía a incrementar las ventas de energía a precio regulado para intentar morigerar las subas en las tarifas de luz, una maniobra que ya generó un cortocircuito entre el gobierno francés y el presidente de la compañía.
Con distintos enfoques, el resto de los países de la Unión Europea también comenzaron a intervenir con mayor decisión en sus mercados energéticos.
Desacoplar el precio del gas de la electricidad
Un punto que viene generando consenso entre algunos países es la necesidad de reformar los mercados mayoristas eléctricos europeos. La Comisión Europea, el poder ejecutivo europeo, se mostró inicialmente reacia a esa opción. Pero la prolongación de la guerra en Ucrania y el deterioro en el abastecimiento de gas natural están llevando a replantear las reglas de juego en el mercado eléctrico.
El gas natural ocupa un rol central en la disparada de los precios de la energía eléctrica. El mercado eléctrico europeo es marginalista: la energía más cara disponible es la que fija el precio en todo el mercado si es que encuentra un comprador. Este esquema, que no registró sobresaltos mayores hasta ahora, comenzó a sufrirlos a mediados del año pasado con las primeras señales de reducción en los volúmenes de gas exportados por Rusia, y ahora los cuestionamientos son mayores debido a la guerra y el temor de que Rusia corte por completo las exportaciones de gas a Europa.
Francia y España fueron los primeros países que pidieron reformar el sistema marginalista. España sostuvo que se necesitan «soluciones estructurales» a nivel europeo para desacoplar los mercados de gas y electricidad. Italia, Portugal y Grecia respaldaron ese pedido e instaron al poder ejecutivo europeo a abordar el “efecto contagio” de los altos precios del gas en el mercado eléctrico.
En cambio un grupo de nueve países, entre los que se encontraban Alemania y Dinamarca, pidieron a la Comisión Europea que se abstenga de tomar medidas que puedan afectar el funcionamiento del mercado.
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