Invierten en el ducto que desplazará el gas boliviano

Cuando esta nota salga a la luz, 56.700 tubos de acero estarán avanzando sobre una extensión de 583 kilómetros de suelo argentino. Y cuando se ponga punto final a lo descrito en el reportaje más de 10.000 personas seguirán trabajando en este tendido que conectará los centros de producción de Vaca Muerta, un megayacimiento de gas, con la provincia de Buenos Aires.
Y mientras ellos paso a paso dan vida al gasoducto Néstor Kirchner, comienza la cuenta regresiva para que Bolivia deje de ser proveedor de gas para Argentina. Y, de hecho, desde el país vecino dan cuenta de que, si el gigante ducto se termina en 2023, ya para el 2024 el gas boliviano será sustituido por producción nacional.
Pensar en esta situación antes era insospechado, las condiciones no hacían pensar en el desarrollo de Vaca Muerta de forma acelerada y que desde el Estado Argentino se decidiera construir un ducto que transportará el gas de ese yacimiento ubicado en la provincia Neuquén, hasta Buenos Aires.
Hoy la situación es diferente tanto Argentina y Brasil se han puesto como objetivo reducir su dependencia al gas boliviano. De hecho, según reporte de la agencia Télam, el gobierno argentino acordó con el Banco Nacional de Desarrollo de Brasil (Bndes) el financiamiento por $us 689 millones para la construcción del segundo tramo del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner.
Para esta segunda fase también se tiene otros $us 540 millones a través de la CAF.
En la primera etapa, según el Gobierno argentino, “se financió con el aporte solidario extraordinario que aprobara el Congreso en 2020, y que tiene que servir para entender que hay obras que son estratégicas y que deben ser políticas de Estado”.
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