La reversión del Gasoducto del Norte resultó una obra de extrema importancia que permitió abastecer la demanda de siete provincias de esa región de la Argentina con el gas de Vaca Muerta, pero a la vez dejó abierto un complejo escenario tarifario y contractual que los distintos actores de la industria demandan revisar y actualizar.
El primer problema que se presenta con la reversión del ducto de más de 1400 kilómetros es que el cambio del sentido del flujo, actualmente de sur a norte, dejó sin fundamentos administrativos, legales y comerciales todos los contratos firmados por Transportadora Gas del Norte (TGN), las distribuidoras, los grandes usuarios y las generadoras eléctricas.
El tema será uno de los planteos que las empresas llevarán a la audiencia pública convocada por el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) para este jueves 6 de febrero, de manera de poner en consideración la Revisión Quinquenal de Tarifas (RQT) para los ajustes en los segmentos regulados de transporte y distribución de gas natural que estarán vigentes para el período 2025-2029.
El problema alcanza de distinta manera a las distribuidoras Gasnor que opera en las provincias de Jujuy, Salta, Santiago del Estero y Tucumán; Gasnea en Entre Ríos, Corrientes, Chaco y Formosa; Gas del Centro, en Córdoba, Catamarca y la Rioja, Litoral gas en Santa Fe y noreste de Buenos Aires e incluso a Gas Natural Ban en el norte del Gran Buenos Aires.
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