La tarifa residencial del gas bajó un 10% este año pese a que el precio internacional del hidrocarburo bate récords históricos

El precio del gas se disparó en los principales mercados del mundo debido a la invasión rusa a Ucrania. En este contexto, las tarifas domiciliarias comenzaron a subir en numerosos países centrales y periféricos apuntalando la inflación, hasta niveles que no se veían desde hace unos 40 años. En Argentina, en cambio, la tarifa media de gas del conjunto de los usuarios residenciales retrocedió 10% en términos nominales desde junio del año pasado, pese a que la inflación ya supera el 50% anual, según detalló la consultora Economía & Energía.
La tarifa media del conjunto de los hogares, incluyendo valores plenos y diferenciales, era de 1485 pesos en junio del año pasado y en marzo de este año, luego del aumento de 20% que aplicó el gobierno ese mes se ubicó en 1338 pesos, un 10% por debajo.
Este paradójico retroceso fue producto de la ampliación de las Zonas Frías que aprobó el Congreso en junio del año pasado e introdujo rebajas de entre 30% y 50% para 3,1 millones de usuarios. En pesos constantes, la caída acumulada de las tarifas de gas desde junio de 2019 llega al 64% evidenciando una licuación extraordinaria.
La contracara del abaratamiento de las tarifas fue el crecimiento de los subsidios y del déficit de la balanza energética, situación que se agudizó todavía más en el contexto de la invasión rusa a Ucrania. Según detalló el especialista Fernando Navajas la semana pasada, los subsidios podrían crecer este año entre 3500 y 4200 millones de dólares, mientras que el déficit de la balanza energética, según una proyección de Economía & Energía, podría multiplicarse por ocho en 2022 llegando a los 5000 millones de dólares.
Pese a ello, el cristinismo insiste con mantener las tarifas sin cambios y promete resistir la suba adicional de 20% para la mayoría de los usuarios del país que el gobierno acordó con el FMI. El argumento central que suele esgrimir la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner es que las tarifas baratas son clave para darle mayor competitividad a la economía. Sin embargo, esta posición es cuestionada por varios especialistas quienes afirman el congelamiento tarifario no solo es un problema por el impacto fiscal sino también por su efecto distributivo, ya que los subsidios generalizados al consumo energético terminan siendo profundamente regresivos al beneficiar a sectores que no necesitan de la ayuda del Estado. “Hoy Argentina gasta en subsidios a la energía el doble de lo que destina en programas focalizados hacia los sectores de menores ingresos”, había advertido Arceo a fines de enero de este año.

El informe de Economía & Energía, consultora dirigida por Nicolás Arceo, muestra los datos desagregados por empresa y allí puede verse que la baja nominal respondió a la ampliación de las Zonas Frías que extendió la tarifa promocional a 152 departamentos distribuidos en 5 provincias.
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