YPF proyecta un año clave en su estrategia de consolidación como empresa líder en el segmento no convencional. Con una inversión estimada en 5.000 millones de dólares para 2025, la compañía destinará la mayor parte de esos recursos al desarrollo del shale oil en Vaca Muerta -unos 3.300 millones de dólares-, a medida que avanza en su plan para abandonar los yacimientos convencionales.
El mayor esfuerzo estará dirigido a la perforación de pozos de petróleo en la cuenca neuquina, el segmento más rentable del upstream argentino. “Trabajamos para ser más eficientes. La nueva Sala RTIC nos permite realizar perforaciones y fracturas más rápidas. El verdadero cambio viene con el Toyota Well, que optimiza el ciclo de vida del pozo. Ya logramos reducir en 100 días el tiempo de producción de un pozo en Vaca Muerta”, señaló el CEO de YPF, Horacio Marín, quien presentará los lineamientos estratégicos de la empresa el próximo 11 de abril en la Bolsa de Nueva York.
Altos costos de servicios en Vaca Muerta
Uno de los principales obstáculos que enfrenta YPF -y el resto de las operadoras- en su plan de expansión es el alto costo operativo. Según Marín, poner en producción un pozo de petróleo en Vaca Muerta es hasta un 35% más caro que en Estados Unidos, debido a las tarifas de las compañías de servicios especiales.
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