Las medidas que prepara el gobierno para asegurar inversiones y producción

La construcción del gasoducto Néstor Kirchner será fundamental para el país: permitirá evacuar producción de gas natural desde Vaca Muerta y sustituir importaciones por unos 3000 millones de dólares anuales (si se proyectan los actuales precios internacionales al mediano plazo), pero también abrirá la posibilidad de enviar más exportaciones de gas a las industrias, centrales eléctricas y comercializadoras de Chile.
Se trata de una importante reversión en la balanza comercial energética, que desde 2011 es deficitaria y en este 2022 estaría en rojo por unos u$s 4700 millones, según estimó el consultor Daniel Gerold en un evento de IDEA en Neuquén.
La necesidad del nuevo gasoducto ya es evidente a las puertas de este invierno. El Gobierno promete que estará listo antes de los meses fríos del 2023, aunque las previsiones más optimistas hablan de que su operación comercial podría iniciar recién en agosto o septiembre del año que viene.
Mientras tanto, la Argentina protagonizará en los próximos meses -una vez más- la paradoja de tener recursos de sobra bajo tierra y tener que gastar los escasos dólares que producen otros sectores para importar energía.
Todo ocurre al mismo tiempo que la producción de gas recupera terreno: en todo el país alcanzó en el primer trimestre unos 127,5 millones de m3 diarios, de los cuales Neuquén aportó 80 MMm3/d. La capacidad de transporte desde la Cuenca Neuquina está saturada.
NUEVA RONDA DEL PLAN GAS
Con la vista en los desafíos del futuro, el Gobierno ya prepara estudios técnicos para habilitar una nueva ronda del Plan Gas, que podría lanzarse a fin de año, a medida que se avanza con la construcción del gasoducto -todavía no licitada; en los próximos días adjudicarán los caños y girarán dinero a Techint-.
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