Ley de Hidrógeno: ¿solución o problema?

Con alguna demora, el Poder Ejecutivo de la Nación remitió al Congreso el proyecto de ley para incentivar el rápido desarrollo de la cadena de valor de la industria de producción de hidrógeno de bajas emisiones de gases de efecto invernadero.
Sin dudas se trata de un gran avance, pues es absolutamente indispensable que el país establezca un marco regulatorio adecuado para que inversores locales y extranjeros se decidan por Argentina, en medio de una gran competencia que se da entre los países de la región.
Dado que el proyecto de ley será sometido al debate legislativo, es oportuno remarcar algunas cuestiones que son claves para que el hidrógeno se transforme en una realidad en Argentina y no perdamos ante países vecinos que nos aventajan en la recepción de inversiones y, en algunos casos, en el clima de negocios. El texto de la ley y en consecuencia el régimen para radicar industrias debe ser muy atractivo, teniendo en cuenta las incertidumbres que existen siendo el hidrógeno de bajas emisiones una industria nueva que requiere del apoyo de los estados, ya que el driver para su desarrollo no es el precio sino la necesidad de avanzar con la transición energética.
Barrera de entrada
Estos proyectos en muchos casos involucran montos muy elevados de inversión, con lo cual no parece ser alentador que se establezca un fee de ingreso al régimen de 1% del monto de inversión. En efecto, se estableció el 0,5% del monto total de la inversión como obligación de pago al fondo que el proyecto crea y que tiene como objetivo financiar iniciativas y proveedores. Asimismo, se fija otro pago de 0,5% para solventar la estructura de la Agencia de Hidrógeno que crea la norma y cuyas funciones limitadas (asesoramiento técnico) podrían ser asumidas por la autoridad de aplicación, que es la Secretaría de Energía, sin duplicar estructuras ni gasto público.
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