Situación del sector eléctrico argentino para el 2022

Por Ing. Oscar Medina. Profesor de la Maestría en Gestión del Petróelo y Gas Natural. Director General de Areas de Conservación de la Secretaría de Ambiente del GCBA .
Ya bien entrado en el año 2022, este año promete ser muy movido para el sector energético en medio de un contexto internacional muy complejo. A eso se le agrega las dificultades económicas propias como ser un entorno de alta inflación, sin crédito para inversiones y la renegociación por la deuda con el FMI que está por cerrarse, son todos aspectos que repercuten directamente en el Mercado Eléctrico Mayorista y sus actores.
En el plano internacional, hay un incremento constante de todos los combustibles derivados del petróleo y del GNL, y eso repercutirá directamente en los costos de los combustibles utilizados por el parque térmico del MEM. Eso se traducirá en mayores montos por importaciones de combustibles (dólares que se van) y en mayor volumen de subsidios que aportará el Estado Nacional si no se aumentan las tarifas adecuadamente para cubrir los costos del MEM.
Como ejemplo de lo primero, a fines de marzo se importaron ocho barcos de GNL en precios que rondaron los 39 U$D/MMBtu cuando en el año pasado el precio promedio pagado fue de 8,33 U$D/MMBtu. Si se mantiene estos precios durante este año, las importaciones de GNL subirán de U$D 1.100 millones a U$D 5.400 millones, y si le sumamos las adquisiciones de gas de Bolivia las importaciones totales sólo de gas natural llegarán a U$D 6.900 millones.
En lo que respecta al tema subsidios, eso depende directamente del precio estacional que sancione la Secretaría de Energía y luego ello impactará en las tarifas a usuarios finales.
El 1° de marzo del 2022, la Secretaría de Energía sancionó la Resolución SE 105/2022 con los nuevos precios estacionales para las distribuidoras (PEST), que tendrán vigencia desde el 1° de marzo del 2022 hasta el 30 de abril del 2022. Esta Resolución es una continuidad de su antecesora, la Resolución SE N° 748/2021. Dichos precios sancionados van de 2482 $/MWh (horas pico) para los usuarios residenciales, a 8085 $/MWh para los grandes usuarios industriales mayores a 300 kW vinculadas a las distribuidoras, estos últimos ya sin subsidios. Con ello el aumento promedio del precio estacional (PEST) es del 34% en esta oportunidad.
No obstante, con este aumento no se logrará bajar los subsidios, ya que lo que se recaude vía tarifas, no alcanzará para sostener al sistema eléctrico en su normal funcionamiento. Ya se ha anunciado un nuevo aumento para el mes de mayo, aunque esta vez será por segmentos de demanda sobre todo en el sector residencial, aunque todavía no está claro cuál será el criterio de segmentación, si será por criterios geográficos o por niveles de ingreso.
Según los trascendidos, el 10% más rico de la masa de usuarios residenciales pagarán sus tarifas sin subsidios, lo que implicarán aumentos del orden del 200% para sus tarifas. Luego, para el 10% más pobre de los usuarios que son beneficiados con la tarifa social, tendrán un aumento de 40% del coeficiente de variación salarial (CVS) que el año pasado fue del 53,6%, o sea que el aumento tarifario será del 21,6% para este segmento. Y el resto de los usuarios de ingresos medios, el aumento tarifario será del 80% del CVS, o sea un 43,1% de incremento.
Con fecha 25 de febrero del 2022, el Ente Nacional Regulador de la Electricidad dictó las Resoluciones ENRE N° 75/2022 y 76/2022 que son las que establecen los valores de tarifa final que reciben los usuarios finales en sus domicilios en el área de concesión de Capital y Gran Buenos Aires desde el 1° de marzo del 2022 hasta el 30 de abril del 2022. Los puntos salientes de estas normativas son los siguientes: a) Nuevos aumentos de Tarifas que van del 24,2% al 45,6% desde marzo 2022 según categoría de consumo para los usuarios residenciales, comerciales e industriales menores de 300 kW respecto a las tarifas vigentes anteriormente y b) Para los GUDI (Grandes Usuarios de Distribuidor mayores de 300 kW) el aumento es del 18,2%, equiparándolos con el valor de la energía que pagan los Grandes Usuarios Mayores (GUMA), o sea una tarifa plena sin subsidios.
Con respecto al resto de las provincias, se destaca que la responsabilidad por el servicio eléctrico y la potestad de fijar tarifas es responsabilidad de las provincias. Sólo para el caso de EDENOR y EDESUR la potestad es de jurisdicción nacional y se ejerce a través del ENRE.
Cabe recordar que a esta altura casi todas las categorías tarifarias que dependen de los distribuidores tienen una tarifa con subsidios (menos los GUDI) dado el aumento de los costos del MEM, siendo los usuarios residenciales los que más subsidios reciben del Estado Nacional. En lo que va del 2022, el 65% de los costos del MEM son cubiertos por los subsidios del Tesoro y el 35% es solventados por lo recaudado vía tarifas.
Eso llevó a que los subsidios directos en el Mercado Eléctrico Mayorista fuera de U$D 5.300 millones en el año 2021 solamente para cubrir el atraso tarifario en las empresas distribuidoras y que fueron cubiertos por el Tesoro Nacional. En este primer trimestre del 2022 los costos promedios están en 82 U$D/MWh, con pronósticos de superar los 100 – 120 U$D/MWh a mitad de año, por los aumentos de los precios internacionales de los combustibles que mencionamos al principio. A modo de ejemplo, generar energía con un ciclo combinado eficiente con GNL a 30 U$D/MMBTU sale 235 U$D/MWh, y todavía no se han cerrado las compras del GNL necesario para el invierno.
Este año se presenta muy complejo para el sector eléctrico. Corregir el desmadre de muchas de las variables económicas que estuvieron congeladas durante estos dos años va a ser muy dolorosa para la sociedad si se lo hace de un golpe. El sector energético se encuentra desfinanciado y depende casi por completo del financiamiento público y es allí donde surgen profundas diferencias entre distintos funcionarios del Gobierno y las distintas líneas internas que componen la coalición gobernante.
Esto entorpece el normal funcionamiento de la administración y pone en riesgo el funcionamiento de todo el sector. Ejemplo de ello es que a esta altura del año todavía no se hayan licitado las adquisiciones de combustibles necesarias para el invierno ni tampoco se sabe cómo se van a financiar dichas compras. Además, el gobierno nacional sigue sin una planificación energética adecuada de mediano/ largo plazo y no está claro quién o quiénes toman las decisiones en materia energética dentro de la coalición gobernante. Nos espera un año muy complicado en materia energética.
Ya bien entrado en el año 2022, este año promete ser muy movido para el sector energético en medio de un contexto internacional muy complejo. A eso se le agrega las dificultades económicas propias como ser un entorno de alta inflación, sin crédito para inversiones y la renegociación por la deuda con el FMI que está por cerrarse, son todos aspectos que repercuten directamente en el Mercado Eléctrico Mayorista y sus actores.
En el plano internacional, hay un incremento constante de todos los combustibles derivados del petróleo y del GNL, y eso repercutirá directamente en los costos de los combustibles utilizados por el parque térmico del MEM. Eso se traducirá en mayores montos por importaciones de combustibles (dólares que se van) y en mayor volumen de subsidios que aportará el Estado Nacional si no se aumentan las tarifas adecuadamente para cubrir los costos del MEM.
Como ejemplo de lo primero, a fines de marzo se importaron ocho barcos de GNL en precios que rondaron los 39 U$D/MMBtu cuando en el año pasado el precio promedio pagado fue de 8,33 U$D/MMBtu. Si se mantiene estos precios durante este año, las importaciones de GNL subirán de U$D 1.100 millones a U$D 5.400 millones, y si le sumamos las adquisiciones de gas de Bolivia las importaciones totales sólo de gas natural llegarán a U$D 6.900 millones.
En lo que respecta al tema subsidios, eso depende directamente del precio estacional que sancione la Secretaría de Energía y luego ello impactará en las tarifas a usuarios finales.
El 1° de marzo del 2022, la Secretaría de Energía sancionó la Resolución SE 105/2022 con los nuevos precios estacionales para las distribuidoras (PEST), que tendrán vigencia desde el 1° de marzo del 2022 hasta el 30 de abril del 2022. Esta Resolución es una continuidad de su antecesora, la Resolución SE N° 748/2021. Dichos precios sancionados van de 2482 $/MWh (horas pico) para los usuarios residenciales, a 8085 $/MWh para los grandes usuarios industriales mayores a 300 kW vinculadas a las distribuidoras, estos últimos ya sin subsidios. Con ello el aumento promedio del precio estacional (PEST) es del 34% en esta oportunidad.
No obstante, con este aumento no se logrará bajar los subsidios, ya que lo que se recaude vía tarifas, no alcanzará para sostener al sistema eléctrico en su normal funcionamiento. Ya se ha anunciado un nuevo aumento para el mes de mayo, aunque esta vez será por segmentos de demanda sobre todo en el sector residencial, aunque todavía no está claro cuál será el criterio de segmentación, si será por criterios geográficos o por niveles de ingreso.
Según los trascendidos, el 10% más rico de la masa de usuarios residenciales pagarán sus tarifas sin subsidios, lo que implicarán aumentos del orden del 200% para sus tarifas. Luego, para el 10% más pobre de los usuarios que son beneficiados con la tarifa social, tendrán un aumento de 40% del coeficiente de variación salarial (CVS) que el año pasado fue del 53,6%, o sea que el aumento tarifario será del 21,6% para este segmento. Y el resto de los usuarios de ingresos medios, el aumento tarifario será del 80% del CVS, o sea un 43,1% de incremento.
Con fecha 25 de febrero del 2022, el Ente Nacional Regulador de la Electricidad dictó las Resoluciones ENRE N° 75/2022 y 76/2022 que son las que establecen los valores de tarifa final que reciben los usuarios finales en sus domicilios en el área de concesión de Capital y Gran Buenos Aires desde el 1° de marzo del 2022 hasta el 30 de abril del 2022. Los puntos salientes de estas normativas son los siguientes: a) Nuevos aumentos de Tarifas que van del 24,2% al 45,6% desde marzo 2022 según categoría de consumo para los usuarios residenciales, comerciales e industriales menores de 300 kW respecto a las tarifas vigentes anteriormente y b) Para los GUDI (Grandes Usuarios de Distribuidor mayores de 300 kW) el aumento es del 18,2%, equiparándolos con el valor de la energía que pagan los Grandes Usuarios Mayores (GUMA), o sea una tarifa plena sin subsidios.
Con respecto al resto de las provincias, se destaca que la responsabilidad por el servicio eléctrico y la potestad de fijar tarifas es responsabilidad de las provincias. Sólo para el caso de EDENOR y EDESUR la potestad es de jurisdicción nacional y se ejerce a través del ENRE.
Cabe recordar que a esta altura casi todas las categorías tarifarias que dependen de los distribuidores tienen una tarifa con subsidios (menos los GUDI) dado el aumento de los costos del MEM, siendo los usuarios residenciales los que más subsidios reciben del Estado Nacional. En lo que va del 2022, el 65% de los costos del MEM son cubiertos por los subsidios del Tesoro y el 35% es solventados por lo recaudado vía tarifas.
Eso llevó a que los subsidios directos en el Mercado Eléctrico Mayorista fuera de U$D 5.300 millones en el año 2021 solamente para cubrir el atraso tarifario en las empresas distribuidoras y que fueron cubiertos por el Tesoro Nacional. En este primer trimestre del 2022 los costos promedios están en 82 U$D/MWh, con pronósticos de superar los 100 – 120 U$D/MWh a mitad de año, por los aumentos de los precios internacionales de los combustibles que mencionamos al principio. A modo de ejemplo, generar energía con un ciclo combinado eficiente con GNL a 30 U$D/MMBTU sale 235 U$D/MWh, y todavía no se han cerrado las compras del GNL necesario para el invierno.
Este año se presenta muy complejo para el sector eléctrico. Corregir el desmadre de muchas de las variables económicas que estuvieron congeladas durante estos dos años va a ser muy dolorosa para la sociedad si se lo hace de un golpe. El sector energético se encuentra desfinanciado y depende casi por completo del financiamiento público y es allí donde surgen profundas diferencias entre distintos funcionarios del Gobierno y las distintas líneas internas que componen la coalición gobernante.

Esto entorpece el normal funcionamiento de la administración y pone en riesgo el funcionamiento de todo el sector. Ejemplo de ello es que a esta altura del año todavía no se hayan licitado las adquisiciones de combustibles necesarias para el invierno ni tampoco se sabe cómo se van a financiar dichas compras. Además, el gobierno nacional sigue sin una planificación energética adecuada de mediano/ largo plazo y no está claro quién o quiénes toman las decisiones en materia energética dentro de la coalición gobernante. Nos espera un año muy complicado en materia energética.